LA UNIVERSIDAD
PRODUCTIVA VISTA DESDE EL PFG COMUNICACIÓN SOCIAL DE LA UNIVERSIDAD BOLIVARIANA
DE VENEZUELA
2.
PLANTEAMIENTO
DEL PROBLEMA
Qué considera estratégico el
Estado
“El
ministro del Poder Popular para la Educación Universitaria, Ciencia y
Tecnología (MPPEUCT), camarada Manuel Fernández, el pasado 23 de enero le dio
una tarea a las instituciones universitarias del país a través de la solicitud
de proyectos prácticos y de impacto en cinco áreas prioritarias como son: a)
Agrícola, desde la perspectiva del mejoramiento de la productividad. b)
Alimentación, relativa al procesamiento y distribución de alimentos. c) Salud,
con énfasis en la recuperación del equipamiento y la producción de
medicamentos. d) Automatización, para incrementar la productividad del trabajo
y e) Servicios públicos, con énfasis en tres urgencias de nuestra población:
agua (potable y servida), electricidad y manejo de desechos sólidos.” Alexis
Adarfio Marín, publicado en Aporrea (http://www.aporrea.org/educacion/a202020.html)
Qué consideramos estratégico
desde el PFG Comunicación Social
Al leer el párrafo
introductorio, y como docente del PFG Comunicación Social, con responsabilidad
ante el futuro de mis estudiantes, me pregunto: ¿la comunicación
(verdaderamente social) no es un área prioritaria? Cuando el gobierno reconoce
no solo el poder de los llamados medios de comunicación sino muchas veces su
ineficacia ante el terrorismo mediático, ¿está reconociendo que la comunicación
es un área prioritaria?
No creo que alguien dude de
que la comunicación sea prioritaria y verdaderamente estratégica en esta guerra
de 4ta y ya 5ta generación. Sin embargo, no entiendo cómo es que no entra en
las áreas prioritarias del MPPEUCT. Repito, si la guerra ocurre sobre todo en
las mentes, ¿cómo es que no es un área prioritaria la investigación en
comunicación social? ¿Es que el problema es tan evidente que no se ve?
A mi entender son varios los
factores que impiden reconocer el problema:
Primero, un
concepto equivocado de comunicación social, funcional para el capitalismo pero
que priva sobre otras concepciones, incluso adversas ideológicamente. Es decir,
todos –de derecha o izquierda– usan el mismo.
Segundo, un
concepto de “productividad” restringido, que parece estar constreñido a bienes
materiales.
Tercero,
como la comunicación es por lo anterior “improductiva” entonces no es
estratégica, ni prioritaria ni de alto impacto, por lo que no vale la pena
invertir de manera suficiente o como en verdad lo amerita en Investigación para
el Desarrollo (I+D).
Cuarto,
como el concepto de comunicación hegemónico está controlado por el capital
cualquier comunicación anticapitalista (como la que hasta ahora se ha
implementado) será reactiva y se expresará básicamente con las “mismas”
herramientas aunque, claro está, desiguales en número y calidad. De paso, a
esto de manera errada se denomina: guerrilla comunicacional. La guerra es
asimétrica cuando se tiene control asimétrico del territorio: la guerra no es
asimétrica porque tengamos una honda mientras el enemigo tiene bombas
nucleares. De modo que, mientras no tengamos control territorial la guerra
seguirá rindiendo frutos al capitalismo.
Como consecuencia de esta
concepción errática de “guerra de guerrillas”, de combate contra el terrorismo
mediático, es que desde el MINCI no se ha podido generar una estrategia que
verdaderamente se plante con posibilidad de triunfo ante la hegemonía de los
medios. Gráficamente el problema es que estos controlan físicamente el 80% del
espectro, mas simbólicamente cerca del 100%; no obstante, le queremos hacer
frente con altavoces, murales y pitos.
Podemos enumerar más, pero
con lo dicho es suficiente para emprender algunas estrategias estructurales. En
primer lugar, el concepto de comunicación debe recuperar su base antropológica[1], la cual permitiría
estudiar las relaciones, las redes y los intercambios intersubjetivos, y daría
perfecta cuenta de la comunicación hecha en las comunidades con fines
comunitarios. En ese sentido, la comunicación debe dejar de ser una mercancía y
muy al contrario constituir parte fundamental de los procesos vitales. Vale
decir, la comunicación debe ser un factor determinante en la educación, el
trabajo, la fiesta y la memoria colectiva.
En segundo lugar, el Estado
y las instituciones preocupadas por la economía deben ampliar el concepto de
productividad, y abarcar no solo la producción de bienes y servicios
“materiales” sino la producción de “bienes” simbólicos. Hasta ahora, debido a
la hegemonía de la comunicación mediática, la producción de bienes simbólicos
ha estado en manos de los grandes medios, mientras que el pueblo a lo sumo
permanece a la defensiva y/o en resistencia. Para revertir esta situación,
debemos “producir” bienes simbólicos (ya lo estamos haciendo, por ejemplo, con
la Villa del Cine o el Sistema de Orquestas…) pero como se dijo arriba, la
guerrilla es –también y sobre todo– territorial, de modo que la producción debe
suceder localmente, comunitaria y comunalmente.
Valga apuntar que en el área
de la comunicación hegemónica, la producción de bienes y servicios es material
pues se enfatizan las telecomunicaciones, los equipos tecnológicos, la
infraestructura comunicacional, etc. La producción simbólica es, pues, muy
distinta y es indudable la supremacía del capital, pese a los “poderes
creadores del pueblo” históricamente inviabilizados por los medios y las
industrias culturales.
En tercer lugar, una vez comprendido
lo anterior se requiere el financiamiento de experiencias productivas
novedosas, inéditas, porque se trata –insisto– de iniciativas de producción
simbólica, pero para lograr acceder a estos financiamientos dicha producción
debe ser considerada estratégica, de alto impacto y prioritaria.
En cuarto lugar, y dado lo
anterior, los diversos proyectos de producción simbólica van más allá de lo
reactivo y coyuntural y se colocan estructuralmente en la médula de la guerra
del capital contra el trabajo, del capitalismo contra el socialismo, del
imperio contra la revolución. La producción simbólica territorializada,
comunitaria y comunal actuará no solo en las campañas contra el terrorismo
mediático sino que colocará en las “mentes” del pueblo productor (de bienes
materiales e inmateriales) los símbolos profundos de la resistencia.
El territorio, los pueblos,
las comunidades, deben ser activados en la producción simbólica que, en red,
restituyan los tejidos de la memoria social y colectiva, única capaz de conferir
no solo la unidad necesaria para la soberanía sino la unidad diversa y plural
que es garantía de la autonomía.
En el objetivo de construir
una comunicación popular que participe en la reconstitución de los tejidos
sociales que permitan el surgimiento de una economía popular, llena de los
saberes, de las tradiciones, de la expansión y el cultivo de tecnologías
nacidas del conocimiento de los territorios; en fin, para el nacimiento de una
memoria que se hace una con la tierra y reproduce la vida, es perentorio que
nosotros asumamos la construcción de la comunicación y el manejo de las
herramientas desde escuelas comunitarias que son expresión concreta de la UBV
en la comunidad y de cómo la comunidad se expresa en la UBV, en una sinergia
que nos habla del nacimiento de una nueva idea de universidad. En estos
términos el Plan de la Patria persigue (2.5.7.3) «Consolidar la regulación
social de los medios de comunicación como herramienta para el fortalecimiento
del poder popular, promoviendo e impulsando el Sistema Nacional de Comunicación
Popular (radios y televisoras comunales, periódicos comunitarios,
ambientalistas, obreros, juveniles, partidistas, sindicales, campesinos, entre
otros) como espacio para la articulación de significados y relaciones producidas
desde la práctica de la comunicación social y humana, con el fin de transformar
la realidad desde el Poder Popular organizado.»
3.
JUSTIFICACIÓN
DE LA INVESTIGACIÓN
Proyectos
socioproductivos
Históricamente las
universidades han estado articuladas al llamado “mercado laboral” controlado
por los dueños del capital. La UBV, está claro, no puede participar de igual a
igual, o como lo hacen las universidades que llamamos tradicionales en esta
profesionalización dirigida y controlada por intereses económicos ajenos al
interés y a las necesidades de las mayorías. Con otras palabras, ni nació para
egresar mano de obra calificada ni puede “competir” con las otras universidades
en la colocación de personal. Es otra la función que nos toca.
En efecto, debemos participar
en la construcción de la economía socialista y para ello el Estado ha previsto
en el Plan de la Patria
2.5.3.2 Planificar y ejecutar la participación en los
procesos económicos estimulando las distintas expresiones de la economía y el
desarrollo endógeno, mediante cooperativas, cajas de ahorro, empresas de
propiedad social, colectiva y mixta, mutuales y otras formas.
Viendo estas formas, nos
parece que en el caso de grupos de estudiantes organizados y formados para
participar en la economía comunal han de hacerlo creando empresas sociales, y
específicamente de propiedad directa comunal. Estas organizaciones están
explicadas con detalle en la Ley Orgánica del Sistema Económico Comunal, de
modo que yendo al grano podemos decir: el grupo de estudiantes que integran una
sección de Proyecto debe avanzar hacia la constitución de una empresa de
propiedad directa comunal, definida como: unidad socioproductiva, constituida
por las instancias de Poder Popular en sus respectivos ámbitos geográficos,
destinada al beneficio de los productores y productoras que la integran, de la
colectividad a las que corresponden y al desarrollo social integral del país, a
través de la reinversión social de sus excedentes. Y cuya gestión y administración es ejercida por la
instancia del Poder Popular que la constituya[2].
La precisión es pertinente
porque consideramos que se requiere un plan o una ruta procedimental que nos
permita construir desde las bases la economía socialista. Y una de las bases
sin duda es la UBV y su formación para el desarrollo estratégico. Además, es
sabido que las universidades tradicionales no están hechas ni quieren de
ninguna manera participar en la construcción de una economía soberana y
autónoma con respecto al paradigma económico dominante. Ese papel es el que
está llamado a jugar la UBV por lo que debemos delinear una estrategia básica
y, sin duda, el impulso y el nacimiento de EPS hace parte de la estrategia
nacional y revolucionaria prevista en el Plan de la Patria para crear las redes
socioproductivas que darán al traste definitivo, estructural, contra la
dependencia del capitalismo. Leemos en el Plan de la Patria el Objetivo
estratégico 2.2.2.33:
Desarrollar el Sistema Económico Comunal con las
distintas formas de organización socioproductiva: empresas de propiedad social,
unidades familiares, grupos de intercambio solidario y demás formas asociativas
para el trabajo.
Y en
el 2.3.6.1:
Generar un tejido productivo diversificado y sustentable
que garantice el desarrollo de las comunidades y la nación, mediante la
recuperación, reforzamiento, activación y creación de empresas de propiedad
social.
La pregunta que cabe hacerse
es la siguiente: ¿Cómo ha de participar la UBV en este desarrollo? Pues creando
distintas formas de organización socioproductiva. En efecto, no podemos esperar
a que nuestros estudiantes se gradúen porque una vez ocurrido el egreso los
vínculos que antes nos/los unían se disuelven, y el grupo se desintegra no
importa cuán unido haya estado en el pregrado. Los nuevos profesionales por miles
quedan de su cuenta –a la buena de Dios– saturando el “mercado laboral” con un
número creciente de desempleados, naturalmente frustrados. De ahí, por cierto,
el espíritu de la Ley de la Juventud Productiva cuando busca brindar
facilidades “que les permita a los jóvenes y las jóvenes emprender iniciativas,
proyectos y acciones orientadas a la producción de bienes y servicios”[3].
La
estrategia de conformar EPS debe ser transversal a la formación universitaria. La
cual solo por esto, dista enormemente de la educación tradicional que ha estado
históricamente, repito, separada del trabajo productivo y ancilarmente
dependiente del “trabajo” explotador (con su binomio estructural
empleo-precario/desempleo) que imponen la economía capitalista y en especial
las trasnacionales.
Nos toca pues romper este
paradigma y construir una educación universitaria para el trabajo productivo y
esto solo puede ocurrir en la Venezuela bolivariana de hoy instrumentando una
estrategia académica que permita –en los cuatro años que dura el Programa de
Formación de Grado– la conformación de EPS.
Obsérvese que esta educación
universitaria para el trabajo pudiera confundirse con la neoliberalización de
las Universidades que propugna el Plan Bolonia[4]. En efecto, en las
universidades controladas por las trasnacionales los estudiantes son
preformados para la competencia capitalista y de alguna manera la formación
está modelada por los intereses de las empresas capitalistas que incuban en las
universidades su futura e inmediata mano de obra calificada.
Lo que nos toca sin embargo
es bien diferente, pues las EPS no dependen de trasnacionales, son empresas que
nacen del diagnóstico comunitario, de las necesidades comunales. Cada EPS es
diversa, plural y autónoma y se sabe articulada a una economía en escala que
busca la soberanía y la independencia nacional.
4.
FUNDAMENTOS
TEÓRICOS
La respuesta
contrahegemónica al capitalismo es producir una alternativa: la economía
socialista. Desde la perspectiva de la educación el socialismo requiere la
construcción de escuelas y universidades territorializadas en las cuales se
construya, en virtud de la nueva geometría del poder un modelo de desarrollo y
de economía en el sentido más propio del término, que persiga la satisfacción
de las necesidades humanas -no las del capital-, otro estatus del conocimiento
y, en consecuencia, otra comunicación. Ello se corresponde con una visión
humanista que indica el alcance y horizonte histórico que proyecta el
socialismo. Horizonte histórico cuyo objetivo es recuperar la condición ética
de la existencia humana. Principio básico para rescatar el trabajo de las redes
de producción de mercancías, reconvirtiéndolo nuevamente en una parte del
desarrollo humano integral (Roitman R., 2007:128)
En ese sentido, hablamos
desde el paradigma del pensamiento crítico de una comunicación
territorializada, producida por sujetos en contextos productivos autogestionarios,
sujetos de la economía comunitaria, emancipados, dueños de su destino, no
explotados ni reducidos a servidumbre por el capital. Constructores en común de
la vida de todos, para todos. Una comunicación que permite la cultura (o
cosmovisión, «el enfoque que un grupo humano quiere darle a su experiencia»),
la convivencia (las relaciones «que permiten la participación y la ayuda
mutua»), la comunalidad que facilita el consenso, el compartir y la
coordinación (Agosto, 2006:60-61).
Compartir «implica que todos
participen de los conocimientos e informaciones para enriquecer la creación y
recreación de la producción, industrialización, comercialización y consumo». En
base a estos principios queda definida la nueva Universidad, o en el sentido de
De Sousa Santos (2008) la pluriuniversidad, en la que los ciudadanos
organizados fomentan, promueven y logran «articulaciones cooperativas entre la
universidad y los intereses sociales que representan». Este sujeto plural tiene
históricamente
…una
relación distante y a veces hostil con la universidad, precisamente, como
consecuencia del elitismo de la universidad y de la distancia que esta cultivó
durante mucho tiempo en relación con los sectores concebidos como no-cultos de
la sociedad (De Sousa (2008:80)
Es un protagonista cuyo
hacer apunta a consolidar «la responsabilidad social de la universidad en la
línea del conocimiento pluriuniversitario solidario».
4.1. Pensar lo económico
En ese sentido, se debe
orientar la economía en función de la vida concreta en torno al oikos[5], lo que «implica una
política de descentralización en la producción; a la vez, mayor democratización
en el proceso de decisiones sobre qué y dónde se produce», obviamente ello
depende de las particularidades locales, nacionales y regionales (Dierckxsens,
2006:147).
En esta dirección, el proyecto
bolivariano se plantea entre otros, estos objetivos históricos:
- Cohesionar las fuerzas
sociales en productores asociados, haciéndoles responsables de prácticas
productivas y administrativas autogestionadas.
- Sustituir la concentración
y centralización de la toma de decisiones por una genuina autonomía
descentralizada que alcance hasta las comunidades locales
La descentralización en la
producción implica, como vemos democratización y autonomía. Es aquí donde
ubicamos la movilización, el pensar-hacer haciendo y, en términos de
comunicación –ahora sí verdaderamente social-, la construcción de la
subjetividad socialista sobre la base de la construcción de modos de vida
alternativos.
4.2. La escuela-articulación
Creemos con Miguel Mazzeo
(2007:65):
…que la autonomía es
básicamente el modo de la construcción social y política popular por fuera de
la lógica del sistema. Es el único modo que se corresponde con un proyecto
radical de liberación de las clases subalternas, con el socialismo, ya que
sería imposible avanzar en este proyecto por el camino de las transacciones
permanentes con el pensamiento, los valores y la subjetividad del sistema
(Mazzeo, 2007:65)
La des-centralización, la
autonomía, el autogobierno no pueden concebirse sino en el marco de una nueva
escuela-articulación, topus constituido por el cruce de múltiples
interacciones, las cuales (se) van tejiendo (con) el conocimiento situado,
local, estratégico, territorializado. «Una economía alternativa en función de
la vida tiene como punto de partida la particularidad y la localidad, y no
puede partir de la totalidad como hace la planificación central» (Dierckxsens,
2007: 75)
Obviamente, el conocimiento
así producido no está atado a redes mercantiles, a patentes, a derechos de
autor, a la propiedad privada. Es un conocimiento para ser usado, y que se
valora en la medida en que es útil. Más allá del utilitarismo o el pragmatismo,
perversiones de un sistema –el capitalista- donde lo vital (lo útil y práctico)
es negado porque se privilegia y sobre-valora lo inútil e impráctico (cuando no
lo fútil)[6],
reduciendo a la categoría de inútil precisamente lo que permitiría a las
comunidades producir modos de vida desalienados, no en beneficio del capital y
para la acumulación de riquezas sino para la consecución de los principios y
fines de la vida. El capitalismo invierte las cosas, como sabemos: lo necesario
resulta (para el capitalismo) innecesario y hasta ridículo (y por tanto es
reprimido y aun desechado); y lo innecesario se torna necesario y hasta ‘vital’
(y se precisa ganarlo incluso al precio de la vida).
La idea de la educación útil
se ajusta a lo planteado por Simón Rodríguez, según lo comenta Juan Rosales
Sánchez (2007:47-48) cuando marca la diferencia entre ‘instrucción’, como lo
meramente instrumental, y la ‘educación’ que permitiría el buen uso de los
conocimientos proporcionados por la instrucción. Educar es ‘crear voluntades’,
preparar para la vida moral a los individuos, capaces de tomar decisiones, en
fin, «seres sociales» (Rosales, 2007:31). Además, los conocimientos producidos
«deben ser usados, más aún, adaptados a las condiciones existentes en la
realidad americana».
Desde esta perspectiva, que
es la del ejercicio y construcción del poder popular, la escuela-articulación
coincide con lo planteado por Mazzeo (2008:148-149) cuando habla de la
generación de «espacios de sociabilidad alternativos» al capital y que
funcionen como «metabolizadores generales de una política popular para el
conjunto de la sociedad». Espacios para «erradicar la competencia» y hacer
posible «un nexo social no basado en el valor de cambio y vínculos humanos no
objetivados por el dinero»; igualmente, espacios de «intersubjetividad
horizontal densa», «terapéuticos para el sujeto popular».
La escuela-articulación
sería una instancia o núcleo de poder popular donde se generarían las
condiciones «para una vida social por fuera del nexo (material) del capital,
por fuera del valor de cambio (que transforma las relaciones entre personas en
relaciones entre cosas)». Además, permitiría el re-encuentro de los pobres, de
los explotados, de los oprimidos, del pueblo[7] en función de fortalecer
su unidad, su conciencia de clase, su «carácter de antagonista con respecto al
capital».
En este sentido, el
conocimiento útil y práctico que se desarrollaría en la escuela-articulación,
permitiría no solamente la producción territorializada de alimentos, medicinas,
casas y vestidos, sino también y por eso mismo, poesía y filosofías
territorializadas, puestas en común y en movimiento, esto es, articuladas.
Lo que decimos sobre el
conocimiento útil y práctico, es lo mismo que refiere Arturo Escobar (2000)
cuando habla del conocimiento como «una actividad práctica, situada,
constituida por una historia de prácticas pasadas y cambiantes», es un
conocimiento que depende de estas prácticas y no de un «sistema formal de
conocimientos compartidos, libres de contexto». Es, también un conocimiento
corporeizado y lo constituyen «experimentos de vidas». Es un conocimiento que
nos ayuda a «desmontar la dicotomía entre naturaleza y cultura, la cual es
fundamental para el dominio del conocimiento experto en consideraciones
epistemológicas y gerenciales». Esta dicotomía dice Escobar, emerge «como una
de las fuentes de otros dualismos predominantes desde los que están entre la
mente y el cuerpo, y la teoría y la práctica, hasta los del lugar y el espacio,
el capital y el trabajo, lo local y lo global». Conocer es siempre «experiencia
arraigada que se lleva a cabo en un trasfondo histórico» y nuestra
escuela-articulación debe ser un espacio donde coincidan de manera
ininterrumpida «nuestra existencia, nuestro hacer y nuestro saber».
5.
OBJETIVOS
DE INVESTIGACIÓN (general y específicos)
5.1 General
Contribuir a la construcción de un marco
teórico para la praxis socioproductiva en el PFG Comunicación Social de la UBV
5.2.
Específicos
Indagar el estatus de la producción social de
comunicación entre los diversos actores que componen el PFG Comunicación Social
de la UBV Eje Cacique Mara
Diseñar un modelo de colocación en el
circuito económico comunal y socialista de la producción de comunicación social
Presentar una propuesta para la articulación
de la UBIP con la economía productiva
6.
METODOLOGÍA
Con el proyecto se busca
contribuir a la construcción de una visión socioproductiva para el PFG
Comunicación Social, para lo cual se requiere de un consenso respetado por todos
y enmarcado en los esfuerzos nacionales para una economía productiva no
rentística que persigue trascender la dependencia del petróleo y reafirmar
nuestra soberanía.
En ese sentido se trata de
impulsar un acuerdo cuyo horizonte de implementación requiere un cierto margen
de tiempo; un acuerdo que involucre a los actores del PFG (estudiantes y
docentes).
En síntesis, buscamos:
1. Partir siempre de la
realidad y de la experiencia de los sujetos.
2. Generar un proceso lúdico
y creativo de reflexión y análisis sobre las creencias, actitudes y prácticas.
3. Volver a la realidad con
nuevas formas de actuar sobre ella.
Como investigador facilitaré
procesos propios de la metodología participativa, cuya naturaleza es la de
promover la participación, la reflexión y el diálogo de todas las personas
incluidas en el proceso.
7.
REFERENCIAS
CITADAS
- AGOSTO,
Patricia (2006) El zapatismo: Hacia una transformación cooperativa «digna y
rebelde». Monte Ávila: Caracas, Venezuela, 2006
- DIERCKXSENS, Wim (2007) La transición hacia el postcapitalismo: el socialismo del siglo XXI.
El Perro y la Rana: Caracas, Venezuela
- ESCOBAR,
Arturo (2000) «El lugar de la naturaleza y la naturaleza del lugar». En: La colonialidad
del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas.
(Comp.) Edgardo Lander. CLACSO: Buenos Aires, Argentina
- GRÜNER,
Eduardo (2002) El fin de las pequeñas historias. De los estudios culturales al
retorno (imposible) de lo trágico. Paidós: Buenos Aires, Argentina
- MAZZEO,
Miguel (2008) El sueño de una cosa (Introducción al Poder Popular) El Perro y
La Rana: Caracas
- ROITMAN
Rosenmann, Marcos (2007) Las razones de la democracia en América Latina.
Editorial de Ciencias Sociales: La Habana, Cuba
- ROSALES
Sánchez, Juan (2007) La República de Simón Rodríguez. El Perro y la Rana:
Caracas, Venezuela
[1] “Perspectiva antropológica de la comunicación. Una crítica a la comunicación mediática”, en http://josejavierleon.blogspot.com/2015/01/perspectiva-antropologica-de-la.html
[2] “Ley orgánica del sistema
económico comunal”, ver en http://www.safonapp.gob.ve/?wpfb_dl=4
[3] “Decreto con Rango, Valor y
Fuerza de Ley para la Juventud Productiva”, en http://www.minci.gob.ve/wp-content/uploads/2014/11/encarte-Ley-juventud-web-21-11-14.pdf
[4] “Con
el argumento de que la educación debe atender a las demandas sociales, se hace
una interpretación claramente reduccionista de qué sea la sociedad, poniendo a
la escuela y a la universidad al exclusivo servicio de las empresas y se centra
la formación en preparar el tipo de profesionales solicitados por estas. Las
competencias preidentificadas por el mercado de trabajo están dominando la
reforma del currículo de la educación superior al servicio de una mayor
competitividad económica. Es obvio que hoy en día toda persona necesita
aptitudes y competencias adecuadas para moverse en el difícil mundo laboral…”
Leer más en “El plan Bolonia: la nueva meca del capitalismo académico” en http://www.rebelion.org/noticia.php?id=82276
[5] Oikos: «Ese fundamento arcaico que excede a la ley y
no puede nunca ser completamente sometido a ella. (…) El radical etimológico de
la palabra ‘economía’» (Grüner, 2002:311)
[6] Karl Marx: «En nuestra época, lo superfluo es más
fácil de producir que lo necesario» (Citado por Lander, 2008:185)