martes, 8 de noviembre de 2016

LA UNIVERSIDAD PRODUCTIVA VISTA DESDE EL PFG COMUNICACIÓN SOCIAL DE LA UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA (Proyecto de Investigación)

TÍTULO DE LA INVESTIGACIÓN

LA UNIVERSIDAD PRODUCTIVA VISTA DESDE EL PFG COMUNICACIÓN SOCIAL DE LA UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA

2.    PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Qué considera estratégico el Estado
“El ministro del Poder Popular para la Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología (MPPEUCT), camarada Manuel Fernández, el pasado 23 de enero le dio una tarea a las instituciones universitarias del país a través de la solicitud de proyectos prácticos y de impacto en cinco áreas prioritarias como son: a) Agrícola, desde la perspectiva del mejoramiento de la productividad. b) Alimentación, relativa al procesamiento y distribución de alimentos. c) Salud, con énfasis en la recuperación del equipamiento y la producción de medicamentos. d) Automatización, para incrementar la productividad del trabajo y e) Servicios públicos, con énfasis en tres urgencias de nuestra población: agua (potable y servida), electricidad y manejo de desechos sólidos.” Alexis Adarfio Marín, publicado en Aporrea (http://www.aporrea.org/educacion/a202020.html)

Qué consideramos estratégico desde el PFG Comunicación Social
Al leer el párrafo introductorio, y como docente del PFG Comunicación Social, con responsabilidad ante el futuro de mis estudiantes, me pregunto: ¿la comunicación (verdaderamente social) no es un área prioritaria? Cuando el gobierno reconoce no solo el poder de los llamados medios de comunicación sino muchas veces su ineficacia ante el terrorismo mediático, ¿está reconociendo que la comunicación es un área prioritaria?
No creo que alguien dude de que la comunicación sea prioritaria y verdaderamente estratégica en esta guerra de 4ta y ya 5ta generación. Sin embargo, no entiendo cómo es que no entra en las áreas prioritarias del MPPEUCT. Repito, si la guerra ocurre sobre todo en las mentes, ¿cómo es que no es un área prioritaria la investigación en comunicación social? ¿Es que el problema es tan evidente que no se ve?
A mi entender son varios los factores que impiden reconocer el problema:
Primero, un concepto equivocado de comunicación social, funcional para el capitalismo pero que priva sobre otras concepciones, incluso adversas ideológicamente. Es decir, todos –de derecha o izquierda– usan el mismo.
Segundo, un concepto de “productividad” restringido, que parece estar constreñido a bienes materiales.
Tercero, como la comunicación es por lo anterior “improductiva” entonces no es estratégica, ni prioritaria ni de alto impacto, por lo que no vale la pena invertir de manera suficiente o como en verdad lo amerita en Investigación para el Desarrollo (I+D).
Cuarto, como el concepto de comunicación hegemónico está controlado por el capital cualquier comunicación anticapitalista (como la que hasta ahora se ha implementado) será reactiva y se expresará básicamente con las “mismas” herramientas aunque, claro está, desiguales en número y calidad. De paso, a esto de manera errada se denomina: guerrilla comunicacional. La guerra es asimétrica cuando se tiene control asimétrico del territorio: la guerra no es asimétrica porque tengamos una honda mientras el enemigo tiene bombas nucleares. De modo que, mientras no tengamos control territorial la guerra seguirá rindiendo frutos al capitalismo.
Como consecuencia de esta concepción errática de “guerra de guerrillas”, de combate contra el terrorismo mediático, es que desde el MINCI no se ha podido generar una estrategia que verdaderamente se plante con posibilidad de triunfo ante la hegemonía de los medios. Gráficamente el problema es que estos controlan físicamente el 80% del espectro, mas simbólicamente cerca del 100%; no obstante, le queremos hacer frente con altavoces, murales y pitos.
Podemos enumerar más, pero con lo dicho es suficiente para emprender algunas estrategias estructurales. En primer lugar, el concepto de comunicación debe recuperar su base antropológica[1], la cual permitiría estudiar las relaciones, las redes y los intercambios intersubjetivos, y daría perfecta cuenta de la comunicación hecha en las comunidades con fines comunitarios. En ese sentido, la comunicación debe dejar de ser una mercancía y muy al contrario constituir parte fundamental de los procesos vitales. Vale decir, la comunicación debe ser un factor determinante en la educación, el trabajo, la fiesta y la memoria colectiva.
En segundo lugar, el Estado y las instituciones preocupadas por la economía deben ampliar el concepto de productividad, y abarcar no solo la producción de bienes y servicios “materiales” sino la producción de “bienes” simbólicos. Hasta ahora, debido a la hegemonía de la comunicación mediática, la producción de bienes simbólicos ha estado en manos de los grandes medios, mientras que el pueblo a lo sumo permanece a la defensiva y/o en resistencia. Para revertir esta situación, debemos “producir” bienes simbólicos (ya lo estamos haciendo, por ejemplo, con la Villa del Cine o el Sistema de Orquestas…) pero como se dijo arriba, la guerrilla es –también y sobre todo– territorial, de modo que la producción debe suceder localmente, comunitaria y comunalmente.
Valga apuntar que en el área de la comunicación hegemónica, la producción de bienes y servicios es material pues se enfatizan las telecomunicaciones, los equipos tecnológicos, la infraestructura comunicacional, etc. La producción simbólica es, pues, muy distinta y es indudable la supremacía del capital, pese a los “poderes creadores del pueblo” históricamente inviabilizados por los medios y las industrias culturales.
En tercer lugar, una vez comprendido lo anterior se requiere el financiamiento de experiencias productivas novedosas, inéditas, porque se trata –insisto– de iniciativas de producción simbólica, pero para lograr acceder a estos financiamientos dicha producción debe ser considerada estratégica, de alto impacto y prioritaria.
En cuarto lugar, y dado lo anterior, los diversos proyectos de producción simbólica van más allá de lo reactivo y coyuntural y se colocan estructuralmente en la médula de la guerra del capital contra el trabajo, del capitalismo contra el socialismo, del imperio contra la revolución. La producción simbólica territorializada, comunitaria y comunal actuará no solo en las campañas contra el terrorismo mediático sino que colocará en las “mentes” del pueblo productor (de bienes materiales e inmateriales) los símbolos profundos de la resistencia.
El territorio, los pueblos, las comunidades, deben ser activados en la producción simbólica que, en red, restituyan los tejidos de la memoria social y colectiva, única capaz de conferir no solo la unidad necesaria para la soberanía sino la unidad diversa y plural que es garantía de la autonomía.
En el objetivo de construir una comunicación popular que participe en la reconstitución de los tejidos sociales que permitan el surgimiento de una economía popular, llena de los saberes, de las tradiciones, de la expansión y el cultivo de tecnologías nacidas del conocimiento de los territorios; en fin, para el nacimiento de una memoria que se hace una con la tierra y reproduce la vida, es perentorio que nosotros asumamos la construcción de la comunicación y el manejo de las herramientas desde escuelas comunitarias que son expresión concreta de la UBV en la comunidad y de cómo la comunidad se expresa en la UBV, en una sinergia que nos habla del nacimiento de una nueva idea de universidad. En estos términos el Plan de la Patria persigue (2.5.7.3) «Consolidar la regulación social de los medios de comunicación como herramienta para el fortalecimiento del poder popular, promoviendo e impulsando el Sistema Nacional de Comunicación Popular (radios y televisoras comunales, periódicos comunitarios, ambientalistas, obreros, juveniles, partidistas, sindicales, campesinos, entre otros) como espacio para la articulación de significados y relaciones producidas desde la práctica de la comunicación social y humana, con el fin de transformar la realidad desde el Poder Popular organizado.»

3.    JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN

Proyectos socioproductivos
Históricamente las universidades han estado articuladas al llamado “mercado laboral” controlado por los dueños del capital. La UBV, está claro, no puede participar de igual a igual, o como lo hacen las universidades que llamamos tradicionales en esta profesionalización dirigida y controlada por intereses económicos ajenos al interés y a las necesidades de las mayorías. Con otras palabras, ni nació para egresar mano de obra calificada ni puede “competir” con las otras universidades en la colocación de personal. Es otra la función que nos toca.
En efecto, debemos participar en la construcción de la economía socialista y para ello el Estado ha previsto en el Plan de la Patria
2.5.3.2 Planificar y ejecutar la participación en los procesos económicos estimulando las distintas expresiones de la economía y el desarrollo endógeno, mediante cooperativas, cajas de ahorro, empresas de propiedad social, colectiva y mixta, mutuales y otras formas.
Viendo estas formas, nos parece que en el caso de grupos de estudiantes organizados y formados para participar en la economía comunal han de hacerlo creando empresas sociales, y específicamente de propiedad directa comunal. Estas organizaciones están explicadas con detalle en la Ley Orgánica del Sistema Económico Comunal, de modo que yendo al grano podemos decir: el grupo de estudiantes que integran una sección de Proyecto debe avanzar hacia la constitución de una empresa de propiedad directa comunal, definida como: unidad socioproductiva, constituida por las instancias de Poder Popular en sus respectivos ámbitos geográficos, destinada al beneficio de los productores y productoras que la integran, de la colectividad a las que corresponden y al desarrollo social integral del país, a través de la reinversión social de sus excedentes. Y cuya  gestión y administración es ejercida por la instancia del Poder Popular que la constituya[2].
La precisión es pertinente porque consideramos que se requiere un plan o una ruta procedimental que nos permita construir desde las bases la economía socialista. Y una de las bases sin duda es la UBV y su formación para el desarrollo estratégico. Además, es sabido que las universidades tradicionales no están hechas ni quieren de ninguna manera participar en la construcción de una economía soberana y autónoma con respecto al paradigma económico dominante. Ese papel es el que está llamado a jugar la UBV por lo que debemos delinear una estrategia básica y, sin duda, el impulso y el nacimiento de EPS hace parte de la estrategia nacional y revolucionaria prevista en el Plan de la Patria para crear las redes socioproductivas que darán al traste definitivo, estructural, contra la dependencia del capitalismo. Leemos en el Plan de la Patria el Objetivo estratégico 2.2.2.33:
Desarrollar el Sistema Económico Comunal con las distintas formas de organización socioproductiva: empresas de propiedad social, unidades familiares, grupos de intercambio solidario y demás formas asociativas para el trabajo.
Y en el 2.3.6.1:
Generar un tejido productivo diversificado y sustentable que garantice el desarrollo de las comunidades y la nación, mediante la recuperación, reforzamiento, activación y creación de empresas de propiedad social.
La pregunta que cabe hacerse es la siguiente: ¿Cómo ha de participar la UBV en este desarrollo? Pues creando distintas formas de organización socioproductiva. En efecto, no podemos esperar a que nuestros estudiantes se gradúen porque una vez ocurrido el egreso los vínculos que antes nos/los unían se disuelven, y el grupo se desintegra no importa cuán unido haya estado en el pregrado. Los nuevos profesionales por miles quedan de su cuenta –a la buena de Dios– saturando el “mercado laboral” con un número creciente de desempleados, naturalmente frustrados. De ahí, por cierto, el espíritu de la Ley de la Juventud Productiva cuando busca brindar facilidades “que les permita a los jóvenes y las jóvenes emprender iniciativas, proyectos y acciones orientadas a la producción de bienes y servicios”[3].
La estrategia de conformar EPS debe ser transversal a la formación universitaria. La cual solo por esto, dista enormemente de la educación tradicional que ha estado históricamente, repito, separada del trabajo productivo y ancilarmente dependiente del “trabajo” explotador (con su binomio estructural empleo-precario/desempleo) que imponen la economía capitalista y en especial las trasnacionales.
Nos toca pues romper este paradigma y construir una educación universitaria para el trabajo productivo y esto solo puede ocurrir en la Venezuela bolivariana de hoy instrumentando una estrategia académica que permita –en los cuatro años que dura el Programa de Formación de Grado– la conformación de EPS.
Obsérvese que esta educación universitaria para el trabajo pudiera confundirse con la neoliberalización de las Universidades que propugna el Plan Bolonia[4]. En efecto, en las universidades controladas por las trasnacionales los estudiantes son preformados para la competencia capitalista y de alguna manera la formación está modelada por los intereses de las empresas capitalistas que incuban en las universidades su futura e inmediata mano de obra calificada.
Lo que nos toca sin embargo es bien diferente, pues las EPS no dependen de trasnacionales, son empresas que nacen del diagnóstico comunitario, de las necesidades comunales. Cada EPS es diversa, plural y autónoma y se sabe articulada a una economía en escala que busca la soberanía y la independencia nacional.

4.    FUNDAMENTOS TEÓRICOS
La respuesta contrahegemónica al capitalismo es producir una alternativa: la economía socialista. Desde la perspectiva de la educación el socialismo requiere la construcción de escuelas y universidades territorializadas en las cuales se construya, en virtud de la nueva geometría del poder un modelo de desarrollo y de economía en el sentido más propio del término, que persiga la satisfacción de las necesidades humanas -no las del capital-, otro estatus del conocimiento y, en consecuencia, otra comunicación. Ello se corresponde con una visión humanista que indica el alcance y horizonte histórico que proyecta el socialismo. Horizonte histórico cuyo objetivo es recuperar la condición ética de la existencia humana. Principio básico para rescatar el trabajo de las redes de producción de mercancías, reconvirtiéndolo nuevamente en una parte del desarrollo humano integral (Roitman R., 2007:128)
En ese sentido, hablamos desde el paradigma del pensamiento crítico de una comunicación territorializada, producida por sujetos en contextos productivos autogestionarios, sujetos de la economía comunitaria, emancipados, dueños de su destino, no explotados ni reducidos a servidumbre por el capital. Constructores en común de la vida de todos, para todos. Una comunicación que permite la cultura (o cosmovisión, «el enfoque que un grupo humano quiere darle a su experiencia»), la convivencia (las relaciones «que permiten la participación y la ayuda mutua»), la comunalidad que facilita el consenso, el compartir y la coordinación (Agosto, 2006:60-61).
Compartir «implica que todos participen de los conocimientos e informaciones para enriquecer la creación y recreación de la producción, industrialización, comercialización y consumo». En base a estos principios queda definida la nueva Universidad, o en el sentido de De Sousa Santos (2008) la pluriuniversidad, en la que los ciudadanos organizados fomentan, promueven y logran «articulaciones cooperativas entre la universidad y los intereses sociales que representan». Este sujeto plural tiene históricamente
…una relación distante y a veces hostil con la universidad, precisamente, como consecuencia del elitismo de la universidad y de la distancia que esta cultivó durante mucho tiempo en relación con los sectores concebidos como no-cultos de la sociedad (De Sousa (2008:80)
Es un protagonista cuyo hacer apunta a consolidar «la responsabilidad social de la universidad en la línea del conocimiento pluriuniversitario solidario».
4.1. Pensar lo económico
En ese sentido, se debe orientar la economía en función de la vida concreta en torno al oikos[5], lo que «implica una política de descentralización en la producción; a la vez, mayor democratización en el proceso de decisiones sobre qué y dónde se produce», obviamente ello depende de las particularidades locales, nacionales y regionales (Dierckxsens, 2006:147).
En esta dirección, el proyecto bolivariano se plantea entre otros, estos objetivos históricos:
- Cohesionar las fuerzas sociales en productores asociados, haciéndoles responsables de prácticas productivas y administrativas autogestionadas.
- Sustituir la concentración y centralización de la toma de decisiones por una genuina autonomía descentralizada que alcance hasta las comunidades locales
La descentralización en la producción implica, como vemos democratización y autonomía. Es aquí donde ubicamos la movilización, el pensar-hacer haciendo y, en términos de comunicación –ahora sí verdaderamente social-, la construcción de la subjetividad socialista sobre la base de la construcción de modos de vida alternativos.
4.2. La escuela-articulación
Creemos con Miguel Mazzeo (2007:65):
…que la autonomía es básicamente el modo de la construcción social y política popular por fuera de la lógica del sistema. Es el único modo que se corresponde con un proyecto radical de liberación de las clases subalternas, con el socialismo, ya que sería imposible avanzar en este proyecto por el camino de las transacciones permanentes con el pensamiento, los valores y la subjetividad del sistema (Mazzeo, 2007:65)
La des-centralización, la autonomía, el autogobierno no pueden concebirse sino en el marco de una nueva escuela-articulación, topus constituido por el cruce de múltiples interacciones, las cuales (se) van tejiendo (con) el conocimiento situado, local, estratégico, territorializado. «Una economía alternativa en función de la vida tiene como punto de partida la particularidad y la localidad, y no puede partir de la totalidad como hace la planificación central» (Dierckxsens, 2007: 75)
Obviamente, el conocimiento así producido no está atado a redes mercantiles, a patentes, a derechos de autor, a la propiedad privada. Es un conocimiento para ser usado, y que se valora en la medida en que es útil. Más allá del utilitarismo o el pragmatismo, perversiones de un sistema –el capitalista- donde lo vital (lo útil y práctico) es negado porque se privilegia y sobre-valora lo inútil e impráctico (cuando no lo fútil)[6], reduciendo a la categoría de inútil precisamente lo que permitiría a las comunidades producir modos de vida desalienados, no en beneficio del capital y para la acumulación de riquezas sino para la consecución de los principios y fines de la vida. El capitalismo invierte las cosas, como sabemos: lo necesario resulta (para el capitalismo) innecesario y hasta ridículo (y por tanto es reprimido y aun desechado); y lo innecesario se torna necesario y hasta ‘vital’ (y se precisa ganarlo incluso al precio de la vida).
La idea de la educación útil se ajusta a lo planteado por Simón Rodríguez, según lo comenta Juan Rosales Sánchez (2007:47-48) cuando marca la diferencia entre ‘instrucción’, como lo meramente instrumental, y la ‘educación’ que permitiría el buen uso de los conocimientos proporcionados por la instrucción. Educar es ‘crear voluntades’, preparar para la vida moral a los individuos, capaces de tomar decisiones, en fin, «seres sociales» (Rosales, 2007:31). Además, los conocimientos producidos «deben ser usados, más aún, adaptados a las condiciones existentes en la realidad americana».
Desde esta perspectiva, que es la del ejercicio y construcción del poder popular, la escuela-articulación coincide con lo planteado por Mazzeo (2008:148-149) cuando habla de la generación de «espacios de sociabilidad alternativos» al capital y que funcionen como «metabolizadores generales de una política popular para el conjunto de la sociedad». Espacios para «erradicar la competencia» y hacer posible «un nexo social no basado en el valor de cambio y vínculos humanos no objetivados por el dinero»; igualmente, espacios de «intersubjetividad horizontal densa», «terapéuticos para el sujeto popular».
La escuela-articulación sería una instancia o núcleo de poder popular donde se generarían las condiciones «para una vida social por fuera del nexo (material) del capital, por fuera del valor de cambio (que transforma las relaciones entre personas en relaciones entre cosas)». Además, permitiría el re-encuentro de los pobres, de los explotados, de los oprimidos, del pueblo[7] en función de fortalecer su unidad, su conciencia de clase, su «carácter de antagonista con respecto al capital».
En este sentido, el conocimiento útil y práctico que se desarrollaría en la escuela-articulación, permitiría no solamente la producción territorializada de alimentos, medicinas, casas y vestidos, sino también y por eso mismo, poesía y filosofías territorializadas, puestas en común y en movimiento, esto es, articuladas.
Lo que decimos sobre el conocimiento útil y práctico, es lo mismo que refiere Arturo Escobar (2000) cuando habla del conocimiento como «una actividad práctica, situada, constituida por una historia de prácticas pasadas y cambiantes», es un conocimiento que depende de estas prácticas y no de un «sistema formal de conocimientos compartidos, libres de contexto». Es, también un conocimiento corporeizado y lo constituyen «experimentos de vidas». Es un conocimiento que nos ayuda a «desmontar la dicotomía entre naturaleza y cultura, la cual es fundamental para el dominio del conocimiento experto en consideraciones epistemológicas y gerenciales». Esta dicotomía dice Escobar, emerge «como una de las fuentes de otros dualismos predominantes desde los que están entre la mente y el cuerpo, y la teoría y la práctica, hasta los del lugar y el espacio, el capital y el trabajo, lo local y lo global». Conocer es siempre «experiencia arraigada que se lleva a cabo en un trasfondo histórico» y nuestra escuela-articulación debe ser un espacio donde coincidan de manera ininterrumpida «nuestra existencia, nuestro hacer y nuestro saber».
5.    OBJETIVOS DE INVESTIGACIÓN (general y específicos)

5.1 General
Contribuir a la construcción de un marco teórico para la praxis socioproductiva en el PFG Comunicación Social de la UBV

5.2. Específicos
Indagar el estatus de la producción social de comunicación entre los diversos actores que componen el PFG Comunicación Social de la UBV Eje Cacique Mara

Diseñar un modelo de colocación en el circuito económico comunal y socialista de la producción de comunicación social

Presentar una propuesta para la articulación de la UBIP con la economía productiva


6.    METODOLOGÍA

Con el proyecto se busca contribuir a la construcción de una visión socioproductiva para el PFG Comunicación Social, para lo cual se requiere de un consenso respetado por todos y enmarcado en los esfuerzos nacionales para una economía productiva no rentística que persigue trascender la dependencia del petróleo y reafirmar nuestra soberanía.
En ese sentido se trata de impulsar un acuerdo cuyo horizonte de implementación requiere un cierto margen de tiempo; un acuerdo que involucre a los actores del PFG (estudiantes y docentes).
En síntesis, buscamos:
1. Partir siempre de la realidad y de la experiencia de los sujetos.
2. Generar un proceso lúdico y creativo de reflexión y análisis sobre las creencias, actitudes y prácticas.
3. Volver a la realidad con nuevas formas de actuar sobre ella.
Como investigador facilitaré procesos propios de la metodología participativa, cuya naturaleza es la de promover la participación, la reflexión y el diálogo de todas las personas incluidas en el proceso.


7.    REFERENCIAS CITADAS

- AGOSTO, Patricia (2006) El zapatismo: Hacia una transformación cooperativa «digna y rebelde». Monte Ávila: Caracas, Venezuela, 2006

- DIERCKXSENS, Wim (2007) La transición hacia el postcapitalismo: el socialismo del siglo XXI. El Perro y la Rana: Caracas, Venezuela

- ESCOBAR, Arturo (2000) «El lugar de la naturaleza y la naturaleza del lugar». En: La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas. (Comp.) Edgardo Lander. CLACSO: Buenos Aires, Argentina

- GRÜNER, Eduardo (2002) El fin de las pequeñas historias. De los estudios culturales al retorno (imposible) de lo trágico. Paidós: Buenos Aires, Argentina

- MAZZEO, Miguel (2008) El sueño de una cosa (Introducción al Poder Popular) El Perro y La Rana: Caracas

- ROITMAN Rosenmann, Marcos (2007) Las razones de la democracia en América Latina. Editorial de Ciencias Sociales: La Habana, Cuba

- ROSALES Sánchez, Juan (2007) La República de Simón Rodríguez. El Perro y la Rana: Caracas, Venezuela






[1] “Perspectiva antropológica de la comunicación. Una crítica a la comunicación mediática”, en http://josejavierleon.blogspot.com/2015/01/perspectiva-antropologica-de-la.html


[2]Ley orgánica del sistema económico comunal”, ver en http://www.safonapp.gob.ve/?wpfb_dl=4
[3] “Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley para la Juventud Productiva”, en http://www.minci.gob.ve/wp-content/uploads/2014/11/encarte-Ley-juventud-web-21-11-14.pdf

[4]Con el argumento de que la educación debe atender a las demandas sociales, se hace una interpretación claramente reduccionista de qué sea la sociedad, poniendo a la escuela y a la universidad al exclusivo servicio de las empresas y se centra la formación en preparar el tipo de profesionales solicitados por estas. Las competencias preidentificadas por el mercado de trabajo están dominando la reforma del currículo de la educación superior al servicio de una mayor competitividad económica. Es obvio que hoy en día toda persona necesita aptitudes y competencias adecuadas para moverse en el difícil mundo laboral…” Leer más en “El plan Bolonia: la nueva meca del capitalismo académico” en http://www.rebelion.org/noticia.php?id=82276 
[5] Oikos: «Ese fundamento arcaico que excede a la ley y no puede nunca ser completamente sometido a ella. (…) El radical etimológico de la palabra ‘economía’» (Grüner, 2002:311)
[6] Karl Marx: «En nuestra época, lo superfluo es más fácil de producir que lo necesario» (Citado por Lander, 2008:185)
[7] Pueblo es «la clase sometida que lucha» (Mazzeo, 2008:41)