Hoy 14 de marzo participé en la actividad de Comproyecto
2017-II[1]
e hice una breve reflexión sobre los proyectos socioproductivos en el PFG
Comunicación Social, en la Universidad Bolivariana de Venezuela. Llamé la
atención sobre tres elementos: el concepto de producto y productividad, lo
estratégico y lo prioritario.
¿Alguien
duda que la comunicación es prioritaria? No creo,
pero a la hora de financiar proyectos (y de manera concreta en el rubro
comunicación),
no se advierte ni lo estratégico ni lo prioritario. Una manera de
corroborarlo es consultar qué considera prioritario el Estado a la hora
de los
financiamientos. Valga abundar que los proyectos en comunicación no
aparecen[2].
¿Qué opera aquí, qué rémoras culturales, sociales, que
pruritos o miedos acechan para que tal cosa suceda? Me temo que la comunicación
no está entre las prioridades (abiertas o públicas) por ser considerada algo
demasiado delicado y peligroso, es decir, no cuales quieran pueden producir
comunicación, y por eso cada vez que desde el Estado se promueve la
comunicación popular se lo hace de un modo reactivo e insostenido, atendiendo a
momentos y coyunturas pasajeras y siempre en una dimensión que no afecta la
producción de comunicación hegemónica. Se dirá que la revolución ha impulsado
leyes, emisoras y televisoras comunitarias, y es verdad, pero, ¿eso se ha
reflejado en la producción de contenidos? ¿Llegan éstos a los medios
tradicionales? ¿Hacen parte de la(s) políticas(s) comunicacionales del Estado?
Yo, que he sido docente de Comunicación Social desde hace más
de una década considero que esa visión debe cambiar en beneficio de los
estudiantes y futuros egresados que merecen ejercer su profesión no sólo en los
espacios laborales tradicionales (afectados por el también tradicional desempleo) sino como
emprendedores de sus propios proyectos en sus áreas de formación y
especialización.
En este tiempo he advertido que se considera como
producción sólo los bienes tangibles. Y cada vez que se habla de producir en
las universidades, se mira casi indefectiblemente a la agricultura urbana. Y
está bien, pero considero que también debemos producir y en particular nuestros
estudiantes –insisto- en sus áreas de formación. Es decir, deben desarrollar
proyectos productivos en el área específica de la comunicación. Por ello, he propuesto
que en el área servicios pensemos en emprendimientos como: Centros de
Comunicación Integral (para gestionar servicios de comunicación e información
comunitaria y comunal), Empresa de Comunicación Institucional y Corporativa, Agencias
de noticias comunitarias con alcance comunal, e incluso más allá, Bibliotecas
Populares, Escuelas de Cine Comunitario, Escuelas de Comunicación Popular y Escuelas
para la promoción de Artes y Oficios; entre otros.
En cuanto a producción (de bienes simbólicos) he pensado en: Centros Comunitarios de Producción
Audiovisual (localizados en comunidades, con alcance comunal), Unidades de
Producción Audiovisual (localizados en escuelas, liceos, empresas), Unidades de
Producción Editorial, Periódicos comunitarios/comunales. Productora Audiovisual
para Salas de Espera con tecnología de Señalización Digital Productora de
Eventos comunitarios y comunales, Productora Fotográfica, Productora Audiovisual
especializada en eventos, Productora de Contenidos Educativos, Productora
Fotográfica comunitaria y comunal, Empresa productora de herramientas y aparatos
para el trabajo audiovisual.
Por cierto, todos estos proyectos de una u otra manera están
enmarcados en los Objetivos Estratégicos del Plan de la Patria (2013-2019),
como podemos deducirlo cuando leemos que se ha de:
·
1.5.1.3.
Garantizar el acceso oportuno y uso adecuado de las telecomunicaciones y
tecnologías de información, mediante el desarrollo de la infraestructura
necesaria, así como de las aplicaciones informáticas con sentido crítico y
atendiendo a necesidades sociales y la difusión. Se generarán contenidos
basados en valores nacionales, multiétnicos y pluriculturales de nuestros
pueblos, a la vez que se fomentarán los principios inherentes al Socialismo
Bolivariano.
·
2.2.2.8
Ampliar la infraestructura y la dotación escolar y deportiva, y darle
continuidad a la incorporación de tecnologías de la información y de la
comunicación al proceso educativo.
·
2.5.7.2
Fortalecer el uso de los medios de comunicación como instrumento de formación
para la transición al socialismo, potenciando los valores ciudadanos, así como
el uso responsable y crítico de los medios de comunicación. En esta tarea, se
hace indispensable fomentar la investigación sobre la comunicación como proceso
humano y herramienta de transformación y construcción social.
·
4.1.8.5
Garantizar la producción permanente de contenidos que se difundan a través de
los medios de comunicación regionales sobre los avances sociales, políticos,
culturales de la Revolución Bolivariana.
·
1.5.3
Garantizar las condiciones que permitan a las organizaciones y a todas las
personas en el territorio nacional el acceso a la comunicación oportuna y ética
a fin de contribuir a la satisfacción de las necesidades, así como la formación
para el uso, creación y difusión de contenidos para el buen vivir de nuestro
pueblo.
·
2.5.7.1
Fortalecer la soberanía comunicacional, divulgando nuestro patrimonio cultural,
geográfico, turístico y ambiental, así como el desarrollo productivo y
político, con miras al fortalecimiento de los procesos de integración y unidad
latinoamericanos y caribeños. Para ello, nos proponemos seguir coadyuvando al
desarrollo de redes de comunicación y medios de expresión de la palabra, la
imagen y las voces de nuestros pueblos.
Como se puede desprender, está prevista la necesidad de
cubrir tales objetivos y, de un modo si se quiere obvio lograr desarrollar proyectos
como los más arriba enunciados. Pero para ello, debe ampliarse el concepto de
producción y hacer que abarque la generación de bienes simbólicos o
intangibles.
No se insistirá demasiado si recordamos en que tales bienes son la base para
todos los demás y en especial y, fundamentalmente, para los bienes materiales esenciales. Pues, no
se trata de producir casas, sino de producir formas de vivir. No se trata tan
sólo de producir papas o tomates, sino de producir formas de comer. Si creemos
que el capitalismo es producción de cosas, estamos olvidando que lo que más
produce son modos de consumir tales cosas.
No existe tarea más urgente y vital para la revolución que la
producción de bienes intangibles, vale decir, de contenidos y productos
comunicacionales que re-produzcan las formas de vida socialista: esto es, el
Buen Vivir.
[1]
Actividad que organiza el PFG en Comunicación Social al término de cada
semestre para dar a conocer a toda la comunidad los avances en la Unidad Básica
Integradora Proyecto.
[2]
“El ministro del Poder Popular para la
Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología (MPPEUCT), camarada Manuel
Fernández, el pasado 23 de enero le dio una tarea a las instituciones
universitarias del país a través de la solicitud de proyectos prácticos y de
impacto en cinco áreas prioritarias como son: a) Agrícola, desde la perspectiva
del mejoramiento de la productividad. b) Alimentación, relativa al
procesamiento y distribución de alimentos. c) Salud, con énfasis en la
recuperación del equipamiento y la producción de medicamentos. d)
Automatización, para incrementar la productividad del trabajo y e) Servicios
públicos, con énfasis en tres urgencias de nuestra población: agua (potable y
servida), electricidad y manejo de desechos sólidos”. (Alexis Adarfio Marín, Aporrea,
http://www.aporrea.org/educacion/a202020.html)
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